Lanzar un smartphone que sorprenda al público se hace cada vez más complicado. Los usuarios de todas partes del mundo se han acostumbrado a los avances tecnológicos, y gracias al internet siempre están al tanto de nuevos dispositivos. Las marcas más reconocidas saben esto, e intentan mantener en secreto las características y novedades que tendrán sus nuevos productos. Un ejemplo de esto es el iPhone 7 y 7 Plus, cuyas especificaciones fueron resguardadas hasta que Apple lo presentara el mes pasado.
La premisa de Apple, aunque suene solamente a publicidad, es que su nuevo iPhone se convierta en el mejor de todos hasta la fecha. ¿Pero qué quiere decir esto? Según los voceros de la compañía estadounidense, su objetivo no es lanzar una nueva línea de terminales, ni producir modelos que difieran de lo que ya han creado. En cambio, enfatizan el concepto de una evolución constante. Y justamente eso es el iPhone 7 y 7 Plus, el resultado de un largo camino que los ha conducido al desarrollo de un smartphone que se aproxima a la perfección.
Otros fabricantes se enfocan en agregar características y funciones a sus equipos, pero que al fin y al cabo, no son aprovechadas al 100%. Esto no ocurre con los productos de Apple. Los iPhone se distinguen por un equilibrio excepcional entre hardware y software, consecuencia de una compatibilidad cuidada al detalle. Un lujo que no se pueden dar otras marcas que utilizan un sistema operativo de terceros, como es Android.
De este modo, el iPhone 7 es el producto de años de innovación. Con dos características que apuntan a ser el futuro de los smartphones. La primera de ellas es el motor táptico que posee su renovado botón de home. Mientras que la segunda es la ausencia del puerto para audífonos convencionales. Esto último es esencial. Ya que no solo representa un mundo sin cables, sino que da la posibilidad de ganar espacio para la implementación de otros componentes.
